"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 27 de agosto de 2017

LIDERAR PERSONAS, MEJOR QUE NÚMEROS

"Un idealista es una persona 
que ayuda a otra a ser próspera"

Henry Ford (1863-1947) 
Industrial estadounidense



Cuando trabajas durante un tiempo con multinacionales, una veces como proveedores, otras como clientes, te das cuenta que no siempre es una máxima lo de que en grandes empresas las personas van mutando hacia los temidos dígitos conocidos como simples "números".

Sí que las empresas que no cuidan como debieran a sus empleados no saben que al final, cuando coincides con ellos en algún proyecto que dura varias jornadas, se vuelven transparentes y denotan conformismo, complacencia y sobre todo, baja productividad.

Se sienten como números y cuando intentas cambiar algo, por muy simple o sencillo que a los soldados de las pymes nos parezca, siempre suelen bajarte al terreno de los humanos indicándote directamente que, o nunca se dará ese cambio o no llegará antes de que nuestros nietos estén ya con edad laboral.

En este punto, recuerdo las palabras de Amancio Ortega sobre su gente: "Querer a las personas que trabajan con nosotros es una obligación".

Y como comenta este señor, no debemos confundir o pensar en la incompatibilidad de tratar a la gente con cariño sin perder de vista la importancia de la disciplina. 

También se debe trabajar desde la gerencia, el equipo directivo y los mandos intermedios la exigencia en la obtención de resultados, sin descuidar un trato con mucho tacto.

Fundamental lo de mantener el orden y la rectitud, pero sin necesidad de dejar de ser amable. O sea, nunca debemos transformar nuestra gente en números, haciendo de verdad de nuestro capital humano nuestro principal "activo".

El truco está en no alejarnos de nuestro personal, por lo que los miembros del equipo directivo deben vivir cerca de todo su equipo, conocer lo que llevan entre sus manos en sus casas, en su familia, y no quedarse sólo en lo que ocurre entre las cuatro paredes de la oficina, entre los fichajes de entrada/salida. 

Esta parte nos recuerda que las personas rinden no sólo por lo que ocurre durante la jornada laboral, sino que todo lo que su entorno empuja (o frena) tiene que ver con su eficiencia y obtención de las metas comunes. Al final, la empresa está formada por personas, y las mismas tienen sentimientos que trasladan a la compañía y acaban creando productos/servicios de éxito, no nos olvidemos, para que sean recibidos por personas.

Pero lo más importante es liderar con el ejemplo y corroborar la dirección con gran coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Ser cercano por parte de directivos y mandos hará que sus equipos les devuelvan alta estima y lo mejor, se dejen la piel por ellos en cada proyecto, en cada partido.

Pero no se olviden que aunque parezca poco compatible, es posible y una receta hacia el éxito, combinar la firmeza y la exigencia con el respeto a todos los recursos humanos, sea una empresa pequeña, mediana o multinacional.



Como resumen, lidera personas y no los vayas convirtiendo en simples números, ya que son tu recurso más valioso y no olvides que tus productos y servicios son creados por todos los miembros de tu plantilla, independientemente de su posición en el organigrama. Por todo, escúchales, nadie sabe más que ellos del puesto que ocupan; eso seguro.



Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.



domingo, 20 de agosto de 2017

BIENVENIDO AL MUNDO REAL

"En algunas ocasiones no es nada más que una puerta muy delgada lo que separa a los niños de lo que nosotros llamamos mundo real, y un poco de viento pude abrirla"

Stefan Zweig (1881-1942)
Escritor austriaco

Tras un periodo de intenso descanso esta semana tocaba volver a las actividades laborales tocando preparar el final del año, muy importante siempre tras el tiempo estival.

Tras la reunión del miércoles, nos quedamos Luis y yo tomando un café helado ya que teníamos un par de temas pendientes, pero lo que más me llamó la atención fue la manera que este gran profesional de los recursos humanos daba la bienvenida a los nuevos empleados cuando éstos, aterrizaban en su empresa directamente desde la universidad.

El tema salió a colación porque habían incorporado, el mes pasado, precisamente dos nuevos ingenieros para ampliar el departamento técnico y aunque intentaba ser claro, parte de las normas que les indicaba en una sesión de bienvenida, sólo se entienden tras unos cuantas caídas y como se dice en la zona, tras algunos duros cabezazos contra la pared.

Luis las llama las "5 lecciones de bienvenida al mundo real" y con su permiso, os hago un pequeño resumen de las mismas.

La primera lección: "No esperes que siempre las asignaciones te sean claramente presentadas"

Ya sabes, en la universidad las asignaciones vienen siempre con claros parámetros. En la vida real, nunca. El mundo del trabajo normalmente vive en la ambigüedad. En la empresa te dan tareas, pero tu respuesta puede ser mayor o menor de lo que se espera. Y casi nunca nadie te lo dice. Sólo tendrás éxito si eres capaz de  trabajar y sentirte cómodo con objetivos poco claros y sí, debes de tomar iniciativa para inventar lo que al final tú entregarás como producto en tu trabajo.

Un consejo: date a ti mismo más tiempo del que necesitas para completar las tareas, de tal manera que si el proyecto te exige más tiempo del que tu esperas no entregarás temas inacabados. Busca ejemplos pasados de tareas parecidas para saber cómo se hace en tu empresa, pregunta a colegas más experimentados y cuida que tu jefe te haga un buen seguimiento para que pueda redirigirte, si es el caso, y no tienen claro cómo llegar a lo que te piden o lo que se espera de ti.


La segunda lección: "La vida no te da siempre una segunda oportunidad".

Olvídate de la Uni, del siguiente semestre, del siguiente curso, del próximo verano; en la vida no tenemos el botón de "resetear".

Al pasar a la vida real te encontrarás con gente, asignaciones y situaciones que te gustaría evitar o cambiar; pero no es tan sencillo cómo cambiar de asignatura o de escuela. En este caso tendrás que crecer y aprender a encontrar formas saludables de tratar con estas situaciones.

Consejo: Tienes que aprender a encontrar la paz contigo mismo, operando dentro de la organización, tomándote el tema como un juego a largo plazo. Busca cómo ganarte a ese compañero o jefe que te trata un poco diríamos que, regular.

Pero si cometes un error, no caigas en el pánico, tampoco es para tanto. Ahora, eso sí, apropiate de tu error y averigua la causa que te hizo cometerlo. Aprende y prueba a tu equipo que cada vez eres mejor y que pueden confiar en ti.


La tercera lección: "El esfuerzo no siempre es recompensado".

Sabemos que en la universidad, trabajar duro es la propia recompensa. Incluso si el examen no te salió del todo bien, a veces, el estudio duro, los créditos extra de proyectos pueden hacerte obtener una buena nota.

Es verdad que el trabajo duro es muy respetado en la vida real, sí, pero lo que al final importa son, simplemente, los resultados.

Puedes quedarte hasta las 10 de la noche, madrugar como el que más, pero no pierdas esa llamada importante, no dejes perder al cliente y cumple los plazos límite de entrega; si no lo haces, habrás fallado.

El esfuerzo es uno de los medios pero no el fin para conseguir los resultados; el fin es llegar a la meta.


La cuarta lección: "No uses tantas palabras".

En la universidad te requieren largas redacciones y respuestas de 3 folios o que excedan de un número de palabras. Te miden por cantidad de palabras, que escupas datos memorizados que seguro olvidarás tras las copas del próximo viernes. Datos, ejemplos, referencias y bastante poca imaginación, pero con muchas palabras...

Pero esto está muy alejado de lo que se prefiere en la vida real. En los negocios, las parrafadas no  impresionan a nadie, al contrario, puede que irriten a compañeros y sobre todo, a los jefes.

Consejo: Ves al grano lo antes posible. El tiempo es vital en la empresa y no des vueltas a lo que tus compañeros requieren de ti. Presenta tus ideas con pocas palabras, remarcando los temas importantes que quieras destacar. Antes de enviar un e-mail, reléelo e intenta no pasarte de un par de párrafos. Tus esfuerzos de síntesis serán seguramente recompensados.


La quinta lección: "No te mide sólo una persona; tu jefe".

En la universidad, por asignatura, respondes ante una sola persona: tu profesor.

En el trabajo, tu jefe tiene un jefe, y este jefe tiene un jefe... Entonces, en muchas situaciones, tu jefe y tú formáis parte de una organización cargada de directores, propietarios, accionistas...

Y por supuesto, toda esta gente podrá en cualquier momento, medirte y decidir si tu trabajo es de nota o al contrario, estas perdiendo oportunidades de progresar y tener éxito.

Consejo: En cada situación, trata a los demás con respeto e intenta encontrar o exceder sus expectativas, independientemente que sean tus jefes directos o no. Por jerarquía, por tiempo en la empresa, por ser familia del dueño, por cualquier cosa todos tienen algo que decir sobre lo que estás haciendo o sobre lo que deberías estar haciendo.






Como resumen, la transición al mundo real puede ser difícil, pero se hace más fácil desarrollando tus habilidades de comunicación, afilando tus habilidades de gestión del tiempo y muy importante, buscando y encontrando mentores en tu organización que te ayuden a acelerar tu incorporación en el mundo de la empresa.


Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.


domingo, 6 de agosto de 2017

PRACTICANDO CON LAS "3D" DURANTE LAS VACACIONES

"Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas"

Elbert Hubbard (1856-1915) 
Ensayista estadounidense



Esta semana he podido comprobar que estamos peligrosamente alcanzando una gran adicción a internet, los teléfonos y en definitiva al mundo tecnológico. Está claro que no podríamos vivir sin las utilidades que nos prestan los aparatos electrónicos que nos acompañan en nuestro día a día, pero una vez que ellos (los devices) nos controlan en lugar de sólo implementar nuestra productividad puede decirse que estamos en zona de peligro.

A varios de mis amigos y conocidos les indicaba hace unos días que pasaré unas vacaciones intentando convivir con un pequeño apagón tecnológico, pero creo (hoy estoy seguro) que lo decía con la boca pequeña. Y digo esto porque el pasado viernes, Alguien me castigó, y me regaló un fallo en la tarjeta SIM de mi teléfono, que tras unos errores en serie de mi dedo al iniciar con el Pin, me provocó un apagón de datos y voz, eso sí, de manera fortuita y no planificada.

Ya os podéis imaginar: primero alguna broma repasaba mi cabeza, luego algo de enfado, cabreo, miedo y mucha, mucha ansiedad por no poder abrir el smartphone y tener respuesta a todo (o a nada); era el hecho de abrir la pantalla para cerrarla sin más, pero lo peor era saber que todo el conocimiento ya no estaba allí, al alcance de la mano...

Tenía que buscar el PUK, pero el mismo estaba en la oficina y no iría hacia la misma hasta el día siguiente. ¿Qué podía hacer? Sin móvil... Pues la respuesta, de una manera natural surgió conforme pasaban los minutos. Primero, pasear con la familia y los amigos tranquilamente, charlando, camino de la terraza del restaurante que habíamos decidido para cenar. Luego, cenar tranquilamente y charlar sin necesidad de estar cada 3 minutos poniéndome al día de las últimas novedades de la cuenta del Twiter y al final, tomar un café granizado para refrescar la tertulia habiendo casi olvidado el gran problema (casi insalvable) de haber sufrido el apagón tecnológico casual en forma del mayor castigo imposible de igualar por los peores planes que mi mayor enemigo hubiera podido infringirme.

Todo me lleva a una conclusión y esta no es otra que estas vacaciones toca PRACTICAR CON LAS "3D". Está claro que necesito una vacaciones y me propongo (y os propongo a los que estéis a tiempo) hacerlo practicando mucho para volver a tope con toda la energía para afrontar lo que tenemos que vivir en la siguiente parte del año.

En primer lugar, la primera D, la de Desconectar.

Dicen que una desconexión es una interrupción, una ruptura. Hay que romper, durante unos días con el trabajo, los estudios o simplemente con la rutina y las obligaciones del día a día, cambiando horarios, realizando otras actividades y visitando sitios nuevos, si es posible. Desconectamos de unas cosas y conectamos con los días de descanso.

Desconectar debe ser una función reparadora, por lo que tiene que ser muy, muy real. Por responsabilidad no podemos estar al margen de todo, pero si que podemos ponernos ciertas normas para que los mensajes y llamadas entrantes estén acotadas en ciertos husos horarios, restringidos, que nos permitan disfrutar de la desconexión el resto del día (y a tu familia también).

Desconecta de los planes, de la disciplina y permítete unos días algo anárquicos, a modo de relajación...

Toca pasar a practicar la segunda D, la de Descansar.

Todos practicamos esta D los fines de semana, pero a los periodos duros y largos de trabajo, les sigue un descanso mayor, y este no es otro que las vacaciones. Es un tema de ocio, pero sobre todo muy necesario y saludable. Nuestro cuerpo y nuestra mente lleva un ritmo frenético durante el año que desgasta, y mucho. Se duerme poco y no siempre se come tan bien como nos gustaría. Además, el estrés, sin que nos demos cuenta va minando y deteriorando nuestro organismo. Por ello, antes que el cuerpo nos de un toque, de estos que no avisan, te recomiendo la practica de la segunda D y te regales un tiempo merecido que podríamos llamar el descanso del guerrero. Aléjate del tráfico, de la gente corriendo y regálate más horas de sueño relajándote con actividades "simples" pero que te llenen de energía; baja el ritmo hasta que observes que todo pasa como si el vídeo de tu vida fuera a cámara lenta, sin prisa, de tal manera que el cuerpo y el alma se vayan recargando.

Practica el deleite de no hacer nada. Dicen que aburrirse de forma intencionada es reparador, sano e incluso mejora nuestra creatividad. No pienses que pierdes el tiempo, estás preparándote para lo que te viene tras la recarga.

Y para terminar, practica la tercera D, la de Disfrutar.

Atención a veraneantes; hay que practicar esta D, porque el simple hecho de estar de vacaciones no significa que disfrutes con las mismas y acaben siendo las denominadas "vacaciones soñadas". Todos conocemos casos de las denominadas vacaciones "pesadilla". A veces, existen personas que para que disfruten otros; hijos, yernos, amigos de hijos, nietos, se tiran todas las vacaciones trabajando más que si estuvieran en casa. A veces por protección y amor incondicional, otras por falta de confianza, estas situaciones terminan cargándose las vacaciones y a veces hasta las relaciones entre amigos y/o familiares. Nadie puede cargarse de generosidad si no existe reciprocidad. 

También se puede pasar mal en vacaciones porque nos obliguen a estar con familiares o amigos que no quieres, ir a un lugar que no deseas o que todo salga muy distinto a lo que planeaste, por tema climatológico, retrasos en vuelos o problemas en la organización del viaje que están fuera de tu control.

Además, en la antítesis a esta D del disfrute, están las personas que se llevan el trabajo a cuestas a las vacaciones; a veces no se puede evitar, pero otras es por falta de delegación, obsesión por el trabajo o simplemente por no saber/querer desconectar. Esta manera de afrontar el descanso olvida totalmente la teoría de las "3D": desconectar, descansar y disfrutar.

Por todo y para terminar, a modo de corolario, elige bien dónde, con quién, cómo y qué hacer. No lo confundas con egoísmo, es pura necesidad. Si no disfrutas, tu persona puede sufrir hasta el siguiente parón, e incluso tus objetivos y metas se verán mermados por no haberte recargado lo suficiente. Y recuerda, no sólo eres tú y tus necesidades; piensa en tu pareja y tus hijos, si los tienes, se trata de obtener un equilibrio para todos de manera individual y como conjunto y que puedan Desconectar, Descansar y sobre todo, Disfrutar.


Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 2 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.

El vídeo de la semana: 7 trucos para desconectar en vacaciones


Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.